La gama AGM tiene una resistencia interna muy baja, por lo que son muy convenientes para usos que conllevan una alta intensidad de descarga, tales como inversores, propulsores y motores de arranque.
Debido al uso de materiales de gran pureza y de rejillas de plomo-calcio, las baterías AGM tienen una autodescarga muy baja, lo que permite largos periodos de almacenamiento sin necesidad de carga.
Ambas gamas tienen terminales de cobre plano con pernos M8, que garantizan el mejor contacto posible y eliminan la necesidad de bornes de batería. Las baterías cumplen con las normativas CE y UL y sus recipientes son de ABS resistente al fuego.